Ocultas bajo el polvo del tiempo, unas antiguas huellas humanas han emergido en el corazón del desierto saudí. Su sorprendente antigüedad podría alterar todo lo que creíamos saber sobre las migraciones humanas. ¿Quién caminó por estas tierras hace más de 100.000 años? Un descubrimiento inesperado podría reescribir la historia.
En lo profundo del desierto de Nefud, un equipo de arqueólogos ha descubierto algo extraordinario: huellas humanas que podrían ser las más antiguas jamás halladas en la Península Arábiga. Se estima que estas pisadas, cuidadosamente preservadas en un lecho de barro fosilizado, tienen 115.000 años de antigüedad.
Pero, ¿qué significan realmente estas huellas? Más allá de su impresionante conservación, este hallazgo desafía las teorías actuales sobre la expansión de los primeros Homo sapiens fuera de África. La presencia de estas marcas en una región que se creía inhabitable en ese tiempo plantea un nuevo misterio sobre el viaje de nuestros ancestros.
Las condiciones necesarias para que estas huellas se mantuvieran intactas durante tanto tiempo son extraordinarias. Normalmente, las pisadas en el lodo desaparecen en pocos días, pero aquí, una combinación única de factores permitió su conservación por milenios.
Los científicos han observado que la rápida evaporación del agua y la falta de perturbaciones naturales sellaron estas huellas en la superficie, convirtiéndolas en un testimonio excepcional de un instante congelado en el tiempo. Casos similares han revelado fósiles y restos antiguos en otras partes del mundo, pero rara vez con tal precisión en un entorno desértico.